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La recuperación del mercado inmobiliario pos Covid 19

Las medidas acatadas por cada Estado, Región, Localidad, empresa, familia y persona en España y en el extranjero para combatir la pandemia del COVID 19 ha provocado una caída en las transacciones inmobiliarias, tanto en las de vivienda habitual como vacacional, en primer lugar por las limitaciones a la Libre Circulación de Personas impuestas en general por los distintos Gobiernos y que afecta a todos los ámbitos local, regional nacional e internacional, impidiendo los desplazamientos y actividades no esenciales o urgentes en el mismo Estado o en el extranjero; en segundo lugar por las consecuencias económicas que el parón en la actividad económica a nivel mundial que disminuye las rentas disponibles de las familias y empresas para la adquisición de una residencia permanente o segunda residencia; en tercer lugar, por la creencia de que los precios en un futuro próximo bajarán considerablemente; y en cuarto lugar, por el sello psicológico en la manera de enfocar la vida y la compra de vivienda tras la situación vivida durante la pandemia.

Respecto al primer motivo, la limitación geográfica y funcional a la libertad de movimientos, decir que esta medida tiene una fecha límite,
que terminará tarde o temprano en forma de desescalada progresiva en los próximos meses a partir de Junio/Julio según está previsto, pero no obstante existe el obstáculo para la recuperación en las transacciones de viviendas, en que cada país y región enfocará el desconfinamiento de manera distinta y en diferentes tiempos, por lo que la recuperación en este sentido será gradual. Lo cierto es que España es un país de destino, tanto turístico como de segunda residencia vacacional sin alternativa posible en toda Europa y quizás en el Mundo, por reunir las condiciones de infraestructuras, servicios, seguridad, y de oferta de playas, ocio y cultural idóneas, equilibradas y -por qué no decirlo- únicas.

En cuanto al segundo motivo, la disminución de la cantidad de dinero disponible en los bolsillos de las empresas y familias, provocada por el cese en la actividad económica de muchas de ellas, ya sea temporal o a largo plazo. Es posible que este factor influya en gran medida sobre la población nacional al depender en gran medida nuestro PIB del turismo y en concreto de la hostelería. Dicho Sector parece estar abocado a un cierre prolongado para no favorecer la propagación del virus por la acumulación de personas en espacios cerrados o abiertos a corta distancia, lo que provocará que todos aquellos empresarios y trabajadores asalariados y autónomos vinculados a estas actividades. Sin embargo, a nivel internacional, y centrándonos en la demanda de vivienda de nuestros hermanos europeos, hemos de resaltar que el impacto económico y sanitario de la pandemia en aquellos países no ha sido tan grave (Suecia, Noruega, Islandia, Alemania, Dinamarca o Finlandia). Estas naciones, como en mucha mayor importancia la británica, han buscado desde los años 60 el Sol , las Playas y la “way of life” española, para disfrutar desde jóvenes de nuestros pueblos ciudades y línea de costa, y pensando en su retiro tras una larga vida dedicada al trabajo, en su casa de España, adquiriendo su residencia permanente en nuestro país, que les ha acogido siempre con la afectividad que nos caracteriza. ¿Va renunciar un recién jubilado a su retiro bajo el Sol de España? En mi opinión, no. También es cierto que donde unos se han empobrecido, otros se han enriquecido, y otros tantos permanecen económicamente en similares circunstancias. Venderán en su país más barato y comprarán aquí más barato.

En tercer lugar, y vinculado estrechamente con la causa anterior, existe una creencia más o menos fundada, de que el precio de la vivienda en España bajará considerablemente con motivo de la pandemia. Respecto a esta creencia, es cierto que el precio de la vivienda debería bajar para recuperar la demanda perdida durante este tiempo, pero cierto es también que en cada área geográfica se van a comportar de manera distinta los precios, como también según el destino de la misma – vivienda permanente o segunda residencia- y por último según la tipología constructiva (edificio en pueblo o ciudad, edificio en urbanización, bungalow/dúplex con jardín, chalet adosado, chalet aislado en
urbanización, casa de campo o finca). Nos hemos dado cuenta con la situación de confinamiento que tener un espacio al aire libre dentro de nuestras residencias es muy importante, y quizás no lo habíamos valorado lo suficiente. La demanda de viviendas con jardín privativo, y la demanda de viviendas ligeramente alejadas de los núcleos de las grandes ciudades, se verá incrementada como ya se está reflejando en los buscadores web de este producto, lo que provocará al menos un mantenimiento de los precios que compensará la probable caída de los precios en las grandes ciudades, sobretodo las que dependan de la demanda nacional y no de la internacional. No obstante lo anterior, existe un factor clave a tener en cuenta en todos los casos que es la necesidad de vender que tengan las promotoras y particulares, teniendo en cuenta que las promotoras que sobrevivieron a la crisis de la burbuja inmobiliaria que afectó a España desde 2008 ya no están tan expuestas a la financiación ajena por lo que podrían mantener los precios , y en el caso de los particulares, su situación laboral y económica si se ha visto afectada por la pandemia o pudiera estarlo con anterioridad a ésta. En conclusión sobre este punto, la caída en el precio de la vivienda en las zonas de Alicante y Murcia, y en particular en las Urbanizaciones de chalets o adosados con jardín, áticos y
similares no será tal en términos generales, si bien dependerá de las necesidades de la parte vendedora, que puede generar oportunidades
interesantes. Pudiera ser incluso que la demanda para dicha área geográfica y tipología de vivienda se viera incrementada por desviarse la
demanda desde otras tipologías de viviendas. No se esperan bajadas de precio superiores al 7-8%.

Por último referirme al componente psicológico impreso por esta crisis sanitaria, y cómo puede esta vivencia afectar a la adquisición de una
vivienda permanente o residencial. Entiendo que este componente va a ser muy variable dependiendo de la edad de la persona, de si ha tenido casos cercanos de afectados por el Virus o no, y de la imagen que tengan de España en la gestión de la pandemia. En las provincias de Alicante y Murcia , a diferencia de grandes urbes como Madrid o Barcelona, y otras Comunidades Autónomas, se puede observar comparativamente un bajo número de ingresados y fallecidos por COVD 19, y a pesar de haberse construido hospitales de campaña en previsión de un incremento de las hospitalizaciones, los mismos no han tenido que ser utilizados.

En mi opinión, un prejubilado o jubilado británico, noruego o sueco, cuyo retiro soñado estaba planificado en España, mediante la compra de una vivienda con jardín, duplex, adosado o independiente, en una urbanización cercana a la playa, o aislada en el campo, y que mantenga el mismo o similar poder adquisitivo que antes de esta crisis sanitaria, no va a renunciar a ello puesto que como he mencionado anteriormente, no hay un destino similar en Europa o fuera de ésta, y la alternativa a la compra sería el arrendamiento de una vivienda, lo cual no gusta a las personas de cierta edad, en primer lugar porque existe una incertidumbre de que el arrendador/es resuelvan el contrato en varias ocasiones durante los 20 o 30 años que dure hipotéticamente su retiro, con las consecuentes mudanzas e inconvenientes, y por otro lado porque el coste de dicho arrendamiento superaría el precio de compra de la propiedad, lo que justifica la inversión es esa residencia.

Si es probable que las nuevas compras de vivienda se posponga hasta el momento en que exista una vacuna y/o tratamiento para el COVID 19, también por el temor a nuevas oleadas, o incluso que se señalan viviendas pero se condicione el perfeccionamiento del contrato al transcurso de un tiempo suficiente para que este hecho se produzca, pero una vez superado dicho lapso de tiempo, la demanda se normalizará.

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